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viernes, 13 de mayo de 2016

5.- EL DESTINO DE LA PERSONA.

TIEMPO, MUERTE E INMORTALIDAD

EL TIEMPO

La primera consideración que se debe hacer sobre el tiempo es su carácter esencial en la vida humana. El hombre es un ser temporal: habita en el tiempo y se mueve en el marco y en el horizonte de la temporalidad. La filosofía ha ido tomando cada vez más conciencia de este hecho, y se ha dado con cierta frecuencia de errores.
El primero ha consistido en pensar al hombre como un ser fundamental estático e introducir el tiempo desde afuera, como algo que existe cuya importancia es accidental, el hombre es como un muñeco mecánico, se mueve pero cuya estructura no cambia esencialmente por estar parado o en movimiento.
El segundo error es limitar la influencia del tiempo a la corporeidad, es decir entender la temporalidad como un proceso fundamentalmente biológico y corporal: el cambio y modificación de nuestro organismo que lleva al envejecimiento y, finalmente a la muerte. El tiempo o más bien la temporalidad del ser humano es mucho más que eso, es un modo de ser, su modo específico de estar en el mundo y afecta por tanto a todas las dimensiones: cuerpo, psique y espíritu.
La persona es un ser sucesivo, somos seres en movimiento, vivimos de un pasado que ya no somos mientras pensamos y actuamos en vista de un futuro que seremos más adelante. El pasado se recuerda en la memoria y el futuro se anticipa en el proyecto imaginario; pero de modo más inmediato, la vida es retención y protencion. El hombre es pues un dialogo de pasado y futuro que se realiza en el presente. Lo que soy y lo que hago depende de lo que he sido y de lo que quiero ser.
El tiempo y la vida humana está estructurado o en otras palabras es homogénea y fluye de manera constante.
LUCHA CONTRA EL TIEMPO



La finitud del tiempo ha impulsado desde siempre al hombre a una lucha por dominarlo y por controlarlo, deseamos hacer cosas y no disponemos del tiempo suficiente o queremos que determinados momentos u obras permanezcan. Aunque con los increíbles medios que poseemos parecen eliminar las fronteras temporales: todos hace cada vez  más de prisa y en menos tiempo.
Hay un primer sentimiento de tristeza  porque la vida aparece como algo inmensamente valioso pero sujeto a un devenir fugaz e incontrolable. Surge un elemento típico en la experiencia de la temporalidad: la perplejidad. El tiempo por tanto de manera inevitable a la cuestión final y última: la de la muerte y la inmortalidad.

QUE ES MORIR?


EL HECHO DE LA MUERTE
Sabemos que vamos a morir porque constatamos que nuestra estructura como personas está abocada a la muerte, nuestro cuerpo envejece y se hace incapaz de cumplir las funciones orgánicas y causa la muerte, pero además es nuestra propia estructura psíquica la que nos produce  la conciencia de la muerte.
         ¨todas las personas poseen un flujo vital, cuyo horizonte se va reduciendo con la edad; el horizonte del joven es casi infinito y siente que tiene todo el mundo por delante. La muerte por tanto se presenta como un hecho no solo por una constatación externa, si no por una experiencia personal e interior.
La postura clásica ha insistido en la muerte como separado del alma del cuerpo, el sujeto no es mortal, sino que lo es el cuerpo. La muerte no es algo que suceda solo al final de la vida, sino que está presente en la vida. La muerte no muere, en sentido estricto, ni el cuerpo del hombre ni su alma, si no el hombre en sí mismo, es decir la persona.
La muerte juega un papel esencial en nuestra vida hasta el punto de que esta seria radicalmente distinta no existiera la certeza de la muerte, esta se hace presente primero como posibilidad y la vida humana que es muy frágil.

LA MUERTE COMO DESTRUCCIÓN DE LA PERSONA



La muerte es desvanecimiento y desaparición del mundo, además supone la muerte de la corporeidad por eso la perdida significa la destrucción de la persona en cuanto tal de toda la persona. No muere solamente el cuerpo, muere el sujeto completo, el hombre y la mujer.
El hombre necesita saber que pasa después de la muerte para que su vida y su muerte tengan sentido.

LA MUERTE DEL HOMBRE CONTEMPORANEO



Se caracteriza principalmente por el intento de ocultación, por el rechazo de radical de la muerte y su expulsión del terreno en el que se vive. Antiguamente, la situación era diversa: el ritmo más lento y pausado de la vida, más monótono y ligado a las estaciones y a las fuerzas de la naturaleza. La muerte se privatiza, se convierte en un hecho personal y privado que la sociedad esconde con aprensión.

EL MISTERIO DE LA INMORTALIDAD
El rechazo humano a la muerte se manifiesta en el anhelo de inmortalidad en el deseo de permanecer, de durar, y no hundirse en el pantano que parece conducir a la nada y a la oscuridad y en el deseo de saber si existe algo más allá de la muerte que garantice la supervivencia.



ANHELO Y CONVICCION
Una primera manifestación de la inmortalidad es el deseo de permanecer de algún modo entre los hombres después de la muerte.







LA INMORTALIDAD PERSONAL
Una cosa es que mi influencia perdure de algún modo en el mundo y otra muy distinta, es que yo perdure después de la muerte. ¿En que se basa esta creencia en la supervivencia? La mayor parte de las religiones la afirman y el hombre la acepta sin problemas, lo cual significa que intuye que se trata de algo coherente y verdadero.

LAS PRUEBAS FILOSÓFICAS DE LA INMORTALIDAD



Existen pruebas clásicas para fundamentar la inmortalidad que no parecen completamente convincentes. La línea agustiniana es la capacidad del hombre de conocer la verdad, como la verdad inmortal y no cambia con el tiempo, su sede que es el hombre, también tiene que ser inmortal.
¨todo el que tiene intelecto naturalmente desea ser siempre. El deseo natural no puede ser vano , por tanto toda substancia intelectual es incorruptible¨
                                                                                                        Tomas de Aquino.
La clave para fundamentar la pervivencia después de la muerte: la existencia en el hombre de un núcleo espiritual, al que clásicamente se denomina alma, que transciende a la corporeidad y al tiempo.



¿Qué hay después?
El mas allá es un mundo no solo desconocido, si no inaccesible al que solo podemos acceder mediante la religión y la comunicación con Dios.

El sentido y el valor de esta vida dependen en buena medida de lo que suceda en la próxima. El sentido último de la vida y el papel que desempeña la religión en la vida del hombre.

1 comentario:

  1. Uno de los más grandes misterios en esta vida es el de la muerte y el mas allá, cosa que nadie puede explicar de una manera verídica ni acertada; la gran mayoría de gente cuando esta joven no buscan el sentido de la vida ni de lo que hacen por eso se pierden en el juego de la juventud y en el futuro no saben hacer ni logran nada. La gente adulta al contrario ve próxima su partida de este mundo y ya nos son tanto las cosas materiales si no lo inmaterial lo que van buscando, pues al final de todo el cuerpo muere y lo que nunca muere es el alma de la persona, que según la biblia va a un lugar hermoso si ha sido buena y pura.

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